Se está haciendo el arroz.
Hay salsa de tomate con curry calentándose.
He estado leyendo a Mandela.
Tengo los ojos cansados
y la mente cansada
y quiero dejar de usarla.
Así que respiro hondo
y hago un sonido de mmmm al expirar.
El sonido ocupa mi mente
y acalla los pensamientos de fondo.
Están ahí, pero no se les oye.
Y pienso de pronto,
tan fuerte que no puedo callarlo,
en el arroz.
Justo a tiempo.
Un poco de rico socarrat no intencionado
en el fondo del cazo.
Y pienso, mientras como,
en que para pensar
que se me está quemando el arroz
necesito el concepto del tiempo
y el concepto del fuego,
y que ambos juntos, combinados,
producen el: «se me va a quemar el arroz».
Y que yo buscaba el ser
sin poder pensar
sin tiempo
sin fuego
sin conceptos
sin nada entendido ni sabido.
El mar en calma.
El todo
que no es nada.
Pero pensé en el arroz y me alegro
pues me ha quedado muy rico.
Jajaja….Muy bueno, Umagah!
Un abrazo
Me gustaMe gusta
Gracias Nacho 🙂
Me gustaMe gusta
Interesante lo que puede nacer de un acto cotidiano. Felicitaciones.
Me gustaLe gusta a 1 persona
A mí me encanta descubrir lo especial en lo cotidiano.
Gracias!
Me gustaMe gusta