Ya pensé de pequeño
que era extraño
que mis padres
no fuesen hermanos
ni familia de sangre.
Eran dos extraños
que se habían hecho familia.
No lo entendía.
Ahora duerme
mientras escribo
una chica a la que empiezan
a salirle pecas
por el inicio del verano.
Duerme a mi lado
con su brazo sobre mi pecho
y tenemos una confianza
y un amor mutuo
y un compañerismo
que es de familia.
Así que así se forma una familia.
Dos extraños
que se hacen familia
extrañamente.